miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Dónde está la guerra?

La red es un lugar muy grande. Hay muchos "sitios", muchas "personas", muchas "actividades" y, obviamente, mucha publicidad (alguien tiene que pagar todo ¿no?). De todo tipo, pero "irremediablemente" aún la hay. ¿Por qué digo irremediablemente? Porque si no estuviera ahí, muchos de esos "sitios" que nos ofrecen "actividades" para disfrutar con las demás "personas" no existirían.

Desde el punto de vista del consumidor, las cifras de todos los estudios habidos y por haber (si las cosas no cambian) demuestran su rechazo a la publicidad. Como comentaba el otro día Enrique Dans en su blog, uno de los plugin más descargado para Mozilla es el de Ad Block Plus. Los usuarios lo están dejando claro ¿no?

Ahora bien, ¿qué efectos tiene esto para todos estos "sitios" y para los anunciantes? Obviamente, la ruina. Quizás no ahora, pero sí es posible que en un futuro (y no muy lejano) sí.

La pregunta fundamental por lo tanto es qué se puede hacer. Como os podéis imaginar, yo no tengo la respuesta pero sí quiero reflexionar sobre un par de cosas.

Como en cualquier otro negocio orientado a consumidor final, hemos de cuestionarnos qué es lo que realmente quiere el consumidor. ¿Realmente quiere la publicidad? Ya hemos dicho que así parece claro que no. Pero, ¿la aceptaría de alguna otra forma? Yo estoy convencido de que sí, porque verdaderamente creo en su utilidad última: INFORMAR.

Ahora bien señores anunciantes, informenme de lo que realmente a mí como consumidor me puede aportar valor. De cualquier tipo: descuento especial, nuevo producto, promoción asociada, sorteo especial, etc. Pero siempre de aquello que YO (sujeto que toma la decisión) quiero. Y es más, me atrevería a decir también que cuando YO quiera.

Al fin y al cabo, estoy hablando de la finalidad de la segmentación por todos conocida ¿no? Pero no desde el punto de vista del anunciante sino del consumidor como receptor del mensaje. ¿Y por qué este punto de vista? Porque en Internet es él quien manda. Sí, sí. Así es.

Entonces, ¿tiene un futuro rentable la publicidad digital para el anunciante? ¿Y para el negocio digital? ¿Tiene utilidad para el consumidor?

Mi modesta respuesta es que sí. En la medida que esa segmentación sea más afinada en persona, lugar y momento, será rentable y útil. Por eso, ahora mismo la guerra por la identidad digital en Internet es el mayor valor intangible por el que Facebook, Twitter y Google están compitiendo. ¿Las alternativas? Pues las que ya sabéis: Facebook Connect, Twitter Connect y Google Friend Connect.

¿Qué aportan estos servicios? Bien enfocados muchísimo. ¿Por qué? Porque con ellos, medios y anunciantes podrán conocer realmente mis pasos voluntariamente en la red. Podrán reconocer que cada lunes después de entrar en El Mundo.es, entro en la web de Carrefour para hacer la compra. O que los jueves, después de intercambiar un par de e-mails desde Gmail con mis amigos, entro en La Guía del Ocio para ver qué conciertos hay ese jueves en Madrid.

Es decir, obtendrán no sólo mi posicionamiento en coordenadas de sitio web, sino mis patrones dinámicos de navegación. Con esto, podrán dibujar mis comportamientos y definir cuando estoy en "modo navegación" o en "modo pro-comercial".

Así, todos contentos ¿no? Especialmente el usuario. Navegará sin interrupciones cuando quiera y recibirá información relevante y de valor cuando muestre interés.

¿Hay muchas incógnitas abiertas? Por supuesto. Si no, no sería Internet. La primera y más complicada de superar para muchos: el derecho a la privacidad.

¿Qué opináis los demás? ¿Lograremos de verdad algún día saltar de verdad a la 3.0? Por el bien de todos, espero que sí.

jueves, 18 de marzo de 2010

El mundo está loco... y España aún más.

Una opinión es algo personal. Los demás la pueden compartir o no. Y la mía, hoy en día, es que algo va realmente mal en nuestra sociedad y los que gobiernan no hacen nada real para solucionarlo. En un mismo día podemos ver dos noticias tan divergentes que a uno le hace plantearse mucho el "talante" de nuestros gobernantes.

Por un lado, leo en El Mundo esta mañana un artículo de opinión de Nico Rey en la sección "Teledridente" acerca de un altercado ocurrido en ese, denominado por algunos, programa de televisión: Generación Ni Ni.

Es cierto que es un artículo de opinión, las imágenes no son en tiempo real, probablemente estarán cortadas y todo lo que vosotros queráis. Pero la puñetera verdad es que son asquerosas, inaceptables y de absoluta vergüenza. ¿Cómo es posible que una cadena de televisión permita que algo así ocurra? Y más aún, ¿cómo permite su emisión? ¿No hay alguna ley que lo regule? Si no la hay, que la "inventen" ¿no? Ya lo hacen para otros asuntos mucho menos importantes. Cómo decía el título de una famosa película de los años 80: el mundo está loco. Y España y algunos españoles aún más.

Hasta ese momento, vergüenza es lo que sentía. Pero, hace escasa media hora he leído otra noticia, tanto en El País como en El Mundo, sobre la última campaña social del Ministerio de Igualdad: roja al maltratador. El objetivo de la campaña es promover el rechazo a la violencia de genero, que por supuesto es uno de los principales objetivos que nuestra sociedad tiene que conseguir. Eso que conste en acta.

Para alcanzar dicho objetivo, el ministerio de Bibiana Aido (de quién prefiero no opinar porque es demasiado personal y os podríais escandalizar) propone realizar un gesto "simple pero poderoso" que consiste en sacar una tarjeta roja al maltratador y publicarla en el site www.sacartarjetaroja.es.

¿No os chirría algo? A mí sí, aunque igual soy el único. Por un lado, estamos hablando de un "simple gesto" (que para mí no es tan simple porque no creo que aquellas pobres mujeres que estén sufriendo el acoso físico de sus parejas vayan a sacarse una foto y colgarla en este sitio), pero por otro vemos que una cadena nacional está permitiendo la emisión de programas en los que los más jóvenes demuestran con un "gesto algo más vejatorio" donde está la raíz del problema.

Aquí es donde mi vergüenza se transformó en indignación y decidí escribir este post. Pero ya digo que una opinión es algo personal, y esta es la mía: menos fotos con famosos y más compromiso real con los problemas.

lunes, 15 de marzo de 2010

La realidad aumentada

No. Aunque lo parezca, no voy a hablar de tecnología porque para mí la realidad aumentada a día de hoy es otra cosa. Y como siempre me ha parecido que la mejor forma de explicar algo es poniendo ejemplos, ahí van unos cuantos.

1. Ni ZP es tan mal presidente, ni Mariano es el mejor sustituto.
2. Ni Kaka era tan bueno en el Milán, ni es tan malo en el Madrid.
3. Ni las casas valen lo que valían antes, ni siguen sin valer lo que valen ahora.
4. Ni antes teníamos empleo de calidad, ni ahora lo seguimos teniendo.
5. Ni antes era tan mala la selección, ni ahora es tan buena.
6. Ni antes éramos tan católicos en España, ni ahora somos tan ateos.
7. Ni antes estaba tan limpio el Planeta, ni ahora está tan "calentado".
8. Ni antes el cine español era tan "chabacano", ni ahora es tan de "relumbrón".
9. Ni antes los chinos eran tan pobres a nuestros ojos, ni ahora son tan ricos.
10. Ni antes la juventud estaba tan bien educada, ni ahora es tan desastrosa.

Y el último de ayer mismo... Ni antes Alonso era tan bueno en Renault, ni ahora lo es en Ferrari.

Entonces por qué se empeña todo el mundo en llevar siempre la cosa a los extremos. ¿Es sólo culpa de los medios de comunicación? ¿O somos ya las personas de la calle las que también caemos en la misma trampa?

Obviamente, no sé como eran las cosas hace medio siglo. Ni mucho menos hace dos. Pero sí que creo que el poder de los intereses personales está llegando a un punto que nos está desvirtuando la realidad. Y lo peor de todo es que creo que todos, queriéndolo o no, contribuimos un poquito a esta situación.

Yo paso (o quiero pasar) de la realidad aumentada.

sábado, 6 de marzo de 2010

Dale Gas - Love of lesbian

Aquí estamos otro sábado más. Hoy, para "lamentar" no haber podido conseguir entradas para el concierto de este mes en el Teatro Circe Price de Madrid, os quiero recomendar a los catalanes de "Love of Lesbian".

Tras varios discos a sus espaldas, los primeros en inglés y luego ya desde el cuarto en castellano, se han consagrado como un referente del sonido indie nacional y han sido teloneros de The Cure y ganadores del premio a mejor disco del año por Mondosonoro.

Quiero compartir la canción número 1 del que fue su quinto disco ("Cuentos chinos para niños del Japón"). Su nombre es "Universos infinitos" y, además de ser una excelente canción, me gusta porque usa la técnica stop-motion en el vídeo musical. Espero que la disfrutéis.


Love of Lesbian | MySpace Music Videos

Bienvenidos a los tiempos del gerundio exponencial

Cada vez creo más en que algo verdaderamente importante está pasando. Por muy despacio que parezca ir o por muy incrédulos que sean algunos, algo está cambiando en el mundo. Y digo cambiando porque creo que el participio es una forma no verbal que tiene sus tiempo contados. Me explico.

Antes, un descubrimiento científico, una nueva fórmula matemática o un nuevo hallazgo biológico eran hechos aislados y concretos en el tiempo que producían un cambio, radical muchas veces, en algún sector de la sociedad. Hoy, en cambio, gracias a un mayor nivel educacional de la sociedad (aunque a veces dudo de esto), a la democratización de la tecnología, a la globalización del conocimiento, etc, vivimos en un proceso de cambio continuo. Por eso digo que el mundo está cambiando en gerundio. El mundo significa los países, las economías, la sociedad y los individuos.

Es como si viviéramos en una ecuación exponencial en la que cada vez las cosas pasaran más rápido. Especialmente en el mundo de la tecnología e Internet. Todos los días, o mejor dicho todas las horas, algo nuevo surge. Sea un nuevo dispositivo de una fabricante coreano, un nuevo lenguaje de programación adaptado a ese dispositivo por un programador americano o un nuevo servicio digital en Internet desarrollado por una pequeña start up alemana. A veces tengo la sensación de que todo el mundo trabaja en y para la red. Pero no es así... aún.

Sólo por esto, ya debería estar claro para todos que algo está continuamente cambiando, pero soy consciente que no es así. ¿Por qué? Pues porque todavía hay muchos individuos, empresas e incluso administraciones que no son, o quieren, ser conscientes de ello. ¿Será por el coste del cambio? ¿Será por la pérdida de control? ¿Será por la desconfianza que genera? ¡Quién sabe!

Imaginaos entonces qué ocurrirá cuando todos estos incrédulos desaparezcan (por cambio generacional o por adaptación) y el volumen de "creyentes" hacia el nuevo entorno se multiplique. Seremos todavía más y más personas, lo que significa más y más conocimiento, lo que significa más y más contenido y por tanto más y más cambio. Y más rápido. ¿Seremos capaces de asimilarlo?