jueves, 22 de abril de 2010

Por encima de todo, el deporte.

El fallecimiento de Juan Antonio Samaranch va a marcar una antes y un después, no ya sólo en el mundo del deporte sino en la sociedad. No puedo afirmar saber gran cosa sobre él, pero eso es lo realmente bonito. Como una persona de la que no sé realmente casi nada, me puede generar tanta admiración. Ojalá hubiera muchos más como él.

Samaranch es al deporte lo que Gandhi es a la paz, Einstein a la física o Beethoven a la música. Su mejor embajador. Pidiendo perdón de ante mano por la comparación, creo que Samaranch tendría que optar a la "beatificación" deportiva. Personas como él están hechas de otra madera.

Nunca olvidaré, y eso que era muy pequeño, el día que anunció en Lausanne a Barcelona como sede de los JJ.OO de 1992. He vuelto a ver ese vídeo y el de la ceremonia de inauguración y casi se me caen las lágrimas. Igual que el vídeo que grabo para felicitar el 90 cumpleaños de Nelson Mandela, la persona más importante que Samaranch conoció en su vida. Una simple felicitación, pero de una persona impresionante.

España es deportivamente lo que es hoy gracias a él. Desde Estiarte y Arantxa Sanchez-Vicario hasta Nadal hay mucho y muy buenos deportistas que seguro le estarán eternamente agradecidos. Las Olimpiadas existen hoy en día gracias a que él las rescato después del fracaso de Montreal. Barcelona es hoy lo que es gracias a que él, sí señor, diera vida a Cobi (con perdón de Javier Mariscal).

¿No ha hecho nada mal? Obviamente sí, como todos. Pero vivir casi 90 años sin romper un plato no lo consiguió ni San Pedro y hoy es santo. Y seguro que éste le ha abierto gustoso las puertas del cielo donde se encuentra ahora con grandes leyendas del deporte organizando las siguientes Olimpiadas.

¡Descansa en paz!

No hay comentarios: